La XV edición del ciclo 981 Heritage SON Estrella Galicia va llegando a su fin tras una de las programaciones más intensas que se recuerdan. Durante estos días estamos literalmente en la recta final, con la inminente llegada del combo de dance punk estadounidense !!! y la exitosa propuesta de Baiuca, llenando con semanas de antelación el Teatro Lara con su rescate de la Galicia sumergida desde una óptica moderna, a través de la electrónica. Antes, otro concierto brillaba con luz propia en la agenda gracias a una artista única y en constante evolución, Le Parody. Autora de Porvenir (Le Parody / Gran Sol, 2019), para muchos candidato a disco del año, sin matices. La de Sole Parody es una trayectoria realmente libre e independiente, consecuente y adaptada a la actualidad desde la más pura autogestión, y este tercer largo es más que un paso adelante en su carrera. Apostando en forma por el camino de la electrónica y la música de club; y en fondo por la canción popular, con el interés intacto por distintos folclores y formas de expresión tradicionales.

Estamos en la nueva sala Independance de Madrid, poco a poco convirtiéndose en un nuevo centro neurálgico musical para la capital. Anochece en este viernes festivo para la gran mayoría y quién buenamente ha podido viaja fuera de Madrid buscando esa especie de respiro previo a las navidades. Al fondo de la calle, la emblemática estación de Atocha nos contempla mientras las dudas sobre la acogida del concierto revolotean.

Nada más lejos de la realidad. El talento y el corazón depositados en este proyecto no han pasado desapercibidos y una legión de fans esperaba eufórica la salida de Le Parody, que reía felizmente cuando únicamente comprobaba las conexiones de su mesa, repleta de aparatos electrónicos, micros y hasta cámara de video. Una mesa ataviada con mantillas a lo largo y ancho que formaba una imagen propicia, simbólica, para hacernos una ligera idea de la personalidad de la música de origen andaluz. Minutos antes tuvimos la suerte de disfrutar de una breve sesión de Ivankovà, proyecto de Irene de la Cueva, anteriormente en Yocasta o Difunta Calva. Un viaje onírico repleto de fantasía y oscuridad.

“Cómo pesaban / el horizonte / y el tiempo porvenir”, canta Sole en ‘Flores’, reivindicando a través del baile y con un sutil juego de palabras el valor de plantar cara al futuro y caminar creando nuestra propia historia, aunque el miedo nos oprima. No podemos decir que no predique con el ejemplo. A base de beats e intensos graves, Le Parody iba construyendo un paisaje sonoro salpicado de canción popular, llevándonos en lo que pareció un abrir y cerrar de ojos a uno de los momentos más especiales de la noche. Elia Maqueda (Ruiseñora) se subía al escenario para cantar ‘La puerta’ junto a Sole. Canción intensa que rezuma pérdida y nostalgia, creciendo lentamente hasta explotar en un estribillo doloroso. «La puerta de tu casa está cerrada / yo estoy adentro sentada y no me muevo». Una colaboración que ya se producía en el disco con Atilio González, la otra mitad de Ruiseñora, a cargo de los arreglos.

Con el público en el bolsillo desde el primer minuto, bailando entusiasmado cada tema, Le Parody fue desgranando sin prisa pero sin pausa este Porvenir, en un concierto muy dinámico en el que también hubo lugar para rescatar canciones como ‘El agua es clara’, de Hondo (Warner, 2015), acercándose más a la gente para cantarla (y bailarla) en la distancia corta. Resulta muy gratificante poder disfrutar de una artista no solo especial por su propuesta o actitud, sino claramente en su mejor momento. Sin esperar al porvenir.