Enric Montefusco

Por María Martín-Consuegra

Como si de un exorcismo o una liberación se tratase, Enric Montefusco puso todos sus monstruos sobre las tablas del Teatro Lara el pasado jueves. Y se enfrentó a ellos regalando generosamente un concierto reconciliador, sanador. Difícil de olvidar. Montefusco brindó una auténtica catarsis de la que hizo cómplices a todos los que habían agotado el papel desde hacía semanas. Y lo hizo desde el principio de la noche, con un viaje que recorrió todos los estados del dolor, en el más amplio y jodido sentido que puede tener la palabra. Un dolor necesario que le permitió encontrarse y aceptarse a sí mismo en temas como “Uno de nosotros”; reconciliarse con el pasado (o intentar hacerlo) recuperando canciones de Standstill como “Adelante Bonaparte” o “¿Por qué me llamas a estas horas?”; e incluso servirse de él y del amor en general y las relaciones personales en particular para paliar las inevitables contrapartidas de estar vivo. “La vida es una mierda sí. Pero bueno, a veces también es bonita….” comentaba antes de arrancarse con “Lo poco que sé”, con dedicatoria incluida a su compañera de viaje.

 Enric Montefusco Teatro Lara

El concierto nos llevó por todos los estados de ánimo y percepciones que destila “Meridiana”, el esperadísimo e impecable disco debut que ha facturado el que fuera fundador, cantante y compositor de Standstill. Las sensaciones más sombrías, pero también las más bellas. También un costumbrismo que Montefusco intentó extrapolar a una ciudad como Madrid No sé cual sería el equivalente a Meridiana aquí en Madrid, un barrio que sea atravesado por una autovía…” preguntaba al público “Entrevías, Vallecas…” se oía desde el patio de butacas del Lara y Montefusco entonaba la canción que da nombre a su honesto trabajo.

 Enric Montefusco Teatro Lara

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La primera parte del concierto comenzó y terminó de la misma manera. Con las invocaciones de “Adiós”. Pero vino el bis. Un insuperable bis en el que un generoso Montefusco rescató temas de Standstill (dedicados a Ricky Falkner y Ricky Lavado que estaban entre el público) y hasta versionó a Albert Pla. “Me gustaría haber escrito esta canción a mí”, apuntaba antes de entonar un irreconocible “Todo es mentira”. Cada matiz. Cada verso. Cada fantasma y cada rallo de luz de los temas de Enric Montefusco se plasmó anoche en el escenario del Teatro Lara. Tal y como esperábamos, por otro lado. Había ganas de ver al ex Standstill de nuevo por la capital. Sobre todo, después del agridulce sabor que nos dejó (y le dejó al propio Montefusco) el concierto de despedida de la que fue su banda durante casi dos décadas. “Sufrí mucho más que disfruté en ese concierto”, confesaba el músico, “pero hoy está siendo todo lo contrario”, aseguraba. En “Meridiana” los compañeros de viaje están siendo Ramon Rabinad (percusión), Pere Jou, (teclados, vientos, acordeón y miles de instrumentos más) y Jaime del Blanco (violín y vientos).

 Enric Montefusco Teatro Lara

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Inolvidable fin de velada, con la banda al completo acompañados de otros amigos como Charly Bautista, cantando desenchufados en el hall del Teatro Lara. “Atasco en la Meridiana”, bromeaba el actor Eduardo Noriega, que junto a un pequeño número de fans y otros miembros de Standstill se encontraba “atrapado” en las escaleras del Lara escuchando (aunque no viendo) lo que estaba sucediendo más abajo. “Tendremos que verlo mañana en YouTube” apuntaba otra de las fans que justo se arrancaba con palmas al escuchar a capella “Todo para todos”. Imposible no hacerlo. Como imposible es no acabar reconciliado con la humanidad en general después de un concierto así porque “si el duende sale del dolor esto será una obra Maestra”.